Rebelión
La revolución cubana ha vivido un largo, heroico y ejemplar proceso bajo el liderazgo de Fidel, lo que no excluye riesgos de ser afectada por los serios problemas acumulados durante todo ese periodo.
Esa etapa con Fidel está en vía de concluir y no son pocos los militantes y los amigos sinceros de esa revolución preocupados por los cambios necesarios para evitar su quiebra y renovar sus fuerzas transformadoras.
Efectos del Derrumbe
Después del derrumbe del llamado socialismo real, la revolución cubana vivió el período más crucial de su historia. El criminal bloqueo económico de los EE.UU. no sólo no cesó, sino que se intensificó a pesar de que, en los hechos, pueblos y naciones latinoamericanas y caribeños le han abierto brechas al cerco político y económico inicial, por encima de los dictados de Washington. De la Enmienda Mack al Acta de Exportación y a la Ley Torricelli, se afectó en un 16% más el comercio de Cuba con el exterior, porque esa ley implica drásticas sanciones a las empresas subsidiarias, a las empresas de terceros países y a las navieras que toquen puertos cubanos. Al derrumbe de los modelos del Este europeo le siguió la quiebra del modelo soviético. Duro revés para el socialismo del siglo XX. Estos factores, operando en forma simultánea, debilitaron extraordinariamente las relaciones económicas de Cuba con el mundo, agravaron los problemas de suministro y obligaron a un período de mucho más restricciones en todos los órdenes.Periodo Especial
A esa situación, el gobierno revolucionario cubano le respondió con las medidas correspondientes al "período especial en tiempos de paz" y con otras transformaciones económicas y políticas. Los efectos de esas medidas, aunque fueron muy positivos dentro de una política para sobrevivir en una situación bastante precaria pero equitativa para una gran parte de la población, resultaron limitados para contrarrestar el impacto negativo de los cambios mundiales y del bloqueo reforzado por los Estados Unidos a través de la ley Torricelli. Por otra parte, la corrupción, las limitadas áreas de privilegios, la economía subterránea, la negligencia en la gestión estatal, la superposición entre la gestión del partido y del Estado, el abultamiento de las nóminas en áreas no productivas, las dificultades para integrar las nuevas generaciones... sin llegar a las magnitudes de Europa del Este y de la URSS, habían alcanzado en Cuba niveles significativos y echaron raíces difíciles de erradicar dentro de un modelo marcadamente estatista que, por suerte, dada la alta sensibilidad social el ejemplo y moral de sus dirigentes, ha tenido la virtud de superar con creces el papel distribuidor de riquezas e ingresos ejercido por otros modelos parecidos, y permitió alcanzar conquistas sociales realmente impresionantes en el campo de la salud, la educación, la ciencia, el deporte, la alimentación y la cultura. Las dificultades para superar los fuertes componentes de estatismo burocrático presente en la realidad cubana han determinado su coexistencia con el área dólar de la economía, creando una dualidad generadora de nuevas distorsiones que de ninguna manera le restan valor al esfuerzo para sobrevivir convertido en otra hazaña de la única revolución de orientación socialista en el hemisferio occidental.
Cambios pendientes
Ese gran éxito, no anula los efectos negativos de la continuidad de una parte de las estructuras estatistas y de las formas de gestión económica y política copiadas del modelo soviético e insertadas en un proceso que, pese a haber defendido persistentemente su originalidad, fue parcialmente afectado por su articulación económica dependiente con la URSS y demás países del CAME y por el peso ideológico de la URSS antes de que exhibiera su profunda crisis. Si algo hay que hacer respecto a los dramáticos acontecimientos acaecidos en Europa Oriental es explicar las causas de esa crisis estructural, y extraer las lecciones que se derivan para Cuba revolucionaria y otros procesos de tránsito revolucionario. Esto implica asimilar también la lección soviética en cuanto a la errática conducción y evidente traición de Gorbachov en momentos en que la necesidad de la renovación y de la democratización tocaron las puertas de la URSS y en cuanto al proceso degenerativo que sufrió la Perestroika, dando paso a una tortuosa liberalización pro capitalista y a una vergonzosa subordinación a EE.UU. y a las demás potencias imperialistas. Ese colapso del "socialismo euroriental" puso en evidencia que los errores propios y los males acumulados por estructuras inadecuadas pueden ser mas importantes que las acciones de los enemigos del nuevo sistema.
Es arriesgado mantener indefinidamente las estructuras que fueron trasplantadas del modelo soviético, más sería copiar la Perestroika y acceder a un proceso de liberalización como el que demanda Estados Unidos, el exilio contrarrevolucionario y las derechas latinoamericanas, caribeñas y mundial. Esto último equivaldría a la muerte de la revolución cubana.
Después de la desintegración de la URSS, Cuba necesitó firmeza en el camino socialista emprendido en los años 60 y voluntad de resistir las nuevas presiones y las enormes dificultades que le planteó la adversa correlación de fuerzas a escala mundial; necesitó ingenio y flexibilidad para buscar alternativas en materia de rearticulación internacional y para debilitar el bloqueo, necesita además identificar a mayor profundidad todo lo negativo trasplantado del modelo burocrático soviético y asumir su superación progresiva con la voluntad política que debe derivarse de entenderlo como fuente de problemas internos y posibles regresiones.
La revolución cubana puede vencer las adversidades de esta fase crucial, perdurar y avanzar hacia un socialismo que supere totalmente las limitaciones del transito que le tocó vivir en el siglo XX en el marco de la "guerra fría". Si a su heroica resistencia se le agrega cada vez más capacidad de innovación, su continuidad será constantemente reafirmada y renovada y las nuevas generaciones, los jóvenes, habrán de integrarse en mayor escala al proceso. Las características de la revolución bolivariana de Venezuela y las reflexiones, elaboraciones y debates en torno a la necesidad de un socialismo diferente al que nos deparó el siglo XX, vienen a fortalecer esas posibilidades en Cuba, así como la relación entre la democracia participativa y el nuevo socialismo en las metas de la gran ola transformadora que tiene lugar hoy en nuestra América.
Intentos de desarrollo
El bloqueo de EE.UU. a Cuba ha dañado al sector de las telecomunicaciones y la informática, pero no ha podido frenar que se avance en el propósito de garantizar el acceso de la población a nuevas tecnología.
Por esa razón, la mayor de las Antillas ha tenido que buscar una nueva forma de cumplir con las Metas del Milenio trazadas por la ONU, en especial en referencia al desarrollo de la Informática y lograr el acceso masivo a esta de las masas populares.Parte de ese esfuerzo es la instalación de equipos de computación en todas las escuelas del país y la producción de más de cien softwares educativos, que cubren una amplia gama de necesidades en la educación primaria, secundaria, preuniversitaria y tecnológica.
Se incluye la ampliación de los estudios de formación en esta área, en especial con el incremento del número de institutos tecnológicos de Informática y la creación de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI).El bloqueo impide que la mayor de las Antillas pueda disponer de la cantidad de canales de conexión que quisiera, o se enlace a los cables de fibra óptica internacional que se abren en arco al pasar cerca de la Mayor de las Antillas.
La Salud Pública ha sufrido el impacto de esa medida del gobierno norteamericano, que negó el traslado desde ese país de 423 computadoras que serían instaladas en hospitales y policlínicos cubanos para apoyar la red de diagnóstico e informaciones médicas.Fuentes: http://www3.rebelion.org/noticias/2006/1/25508.pdf
http://www.cubasi.cu/desktopdefault.aspx?spk=160&clk=134453&lk=1&ck=69740&spka=35